
INTRODUCCIÓN
Los procesos de incubación de emprendimientos están a cargo de organizaciones –de los sectores privado, público o social- denominadas “incubadoras de empresas”, entre las cuales pueden distinguirse tres (3) categorías: (a) incubadoras de negocios tradicionales, los cuales requieren primordialmente infraestructura física y tecnológica, junto con capacidades básicas de gestión empresarial, (b) incubadoras de negocios de tecnología intermedia, los cuales involucran capacidades de manufactura y gestión especializada e innovadora, y (c) incubadoras de negocios de alta tecnología, que requieren capacidades para actuar en sectores tecnológicamente avanzados y altamente dinámicos, tales como TIC, microelectrónica, nanotecnología, inteligencia artificial, robótica, biotecnología, biomedicina y farmacología, entre otros.
En los procesos de incubación es común distinguir tres etapas: (a) aprestamiento (o pre-incubación), (b) incubación propiamente dicha, y (c) consolidación (o post-incubación).
El aprestamiento (o pre-incubación) tiene por objetivo detectar y desarrollar ideas-proyectos de negocios que presenten un mercado potencial promisorio, cierto grado de innovación y maduración, factibilidad técnica, así como utilidad social y correspondencia con la política productiva nacional, regional o local. Los postulantes seleccionados suelen recibir capacitación para estructurar y pre-validar sus propuestas a través de una indagación del mercado y del armado de un modelo de negocios. Las cuestiones por clarificar en esta etapa son: definición y modelo del negocio, caracterización y segmentación del mercado, definición del producto, innovación, competencia y requerimientos financieros.
Una vez que se cuenta con el modelo de negocios, comienza la etapa de Incubación propiamente dicha, la cual tiene por objetivo plasmar –a partir del modelo de negocio- un plan de negocios que permita iniciar la operación del emprendimiento y procurar el financiamiento requerido. Para ello se transita un proceso de desarrollo, a través del cual: (a) los postulantes reciben capacitación, asesoramiento y acompañamiento -mediante tutorías y mentorías- en cuestiones como costos, marketing, negociación, tributación, etc, (b) se fortalecen sus competencias para presentar sus proyectos ante posibles interesados, (c) se promueven vinculaciones institucionales, comerciales y de financiamiento de acuerdo a las características y avance de cada proyecto, y (d) se inicia la ejecución del negocio.
Posteriormente, durante la fase de consolidación (o post-incubación), se ofrece acompañamiento o consultoría especializada para contribuir a consolidar el posicionamiento de la empresa en el negocio.
Los testimonios presentados en esta sección son elocuentes acerca de las estrategias y prácticas de incubación de emprendimientos tecnológicos aplicadas por distintas instituciones localizadas en la Ciudad Autónoma y el Conurbano Bonaerense, de acuerdo con las características de los respectivos entornos. Nuestros entrevistados son: (a) Ezequiel Litichever, Coordinador General de Incubacen, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires; (b) Mariano Anello, Co Fundador- EmprendING, Facultad de Ingeniería, Universidad de Buenos Aires, (c) Inés María Nevárez-Coordinadora de Incubadora de Negocios de Bolsa de Comercio de Buenos Aires, (d) Fernando Massaro, Director Ejecutivo-INCUBAT, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de Lomas de Zamora, y (e) Damián Martínez Coordinador del Centro de Emprendedorismo (“Entrepreneurship”) de la Fundación UADE.